29.2.12

 
¡VA POR LA CORRIDA!
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Descansó al caer sobre la arena
un clavel que tiré desde la grada,
con el rojo de sangre derramada
en la tarde de toros y faena.

Graderíos de gente que sin pena
alentaron la "fiesta" a su llegada,
ya se fueron, dejándose olvidada
una plaza en silencio de condena.

Y bendijo los trastos de matar,
ese cura que va con la cuadrilla
intentando con ello disfrazar

la tortura y horror que los mancilla,
porque olvida que Dios no suele dar
bendición a un dolor de pesadilla.

Ángeles Asensio